Cristianos

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Periodo: Desde el año 711.

La llegada de los musulmanes a la Península Ibérica a partir del año 711 supuso el final de la monarquía visigoda y provocó la reunión en la zona más septentrional de grupos reducidos de hispanogodos, que se convirtieron en centros de resistencia del poder de Al-Ándalus e iniciadores de la Reconquista. Las entidades políticas que nacieron en el norte peninsular se caracterizaban porque estuvieron fragmentadas y permanecieron recluidas en zonas montañosas. Eran grupos que en sus orígenes contaban con escaso poder de expansión. Aparecieron diversos reinos que se unen, separan o amplían a lo largo del tiempo. Poco a poco fueron logrando una cierta autonomía con respecto al dominio musulmán, si bien hasta el cambio de milenio fueron dependientes de los emires y califas cordobeses.

En el noreste peninsular, el avance hacia el sur de la influyente cultura carolingia conformó la Marca Hispánica, de la que surgieron pequeños condados y el Reino de Pamplona. El resto de reinos que se formaron a partir de los núcleos cristianos del norte fueron los siguientes: Reino de Asturias, Reino de León, Reino de Galicia, Reino de Portugal, Reino de Castilla y Reino de Aragón.

Aunque los reyes ostentaban el poder de cada reino, estaban altamente mediatizados por la nobleza y la Iglesia. Establecieron una protección a la burguesía por las necesidades económicas de la corona para financiar las guerras, desempeñando los prestamistas judíos un importante misión. Se fomentó la repoblación de las tierras vacías. Gran parte de estas tierras fueron entregadas a la nobleza y a las órdenes militares. El poder económico de la nobleza llevaba parejo el político, arrancando continuas concesiones al poder real, como los mayorazgos hereditarios. Los castillos se hicieron residenciales y aumentó el lujo de los palacios nobiliarios, adoptando el estilo ornamental islámico. La Iglesia jugó un papel fundamental en este periodo. Los templos, ubicados en el centro de las poblaciones, configuraban el trazado urbano característico de la ciudad medieval occidental. La estructura generalizada de cruz latina era el referente simbólico de la iglesia, aunque hubo otras tipologías de plantas como la circular. Se fundaron diversos monasterios y conventos donde habitaban las comunidades religiosas. Estaban en lugares estratégicos y abastecidos de agua. Constituían microcosmos autosuficientes. La actividad constructora experimentó un gran desarrollo.

Se sucedieron variados hechos histórico-culturales durante esta etapa, siendo de importancia crucial la vertebración del Camino de Santiago, que alcanzó la misma importancia que las peregrinaciones a los Santos Lugares y a San Pedro en Roma. Los peregrinos medievales recorrían las rutas a Santiago de Compostela (jacobeos), Jerusalén (palmeros) y Roma (romeros). Santiago de Compostela adquiriría un carácter internacional bien conocido a partir del siglo XI. Aunque con fines de penitencia, expiación o purificación y en cumplimiento de penas, el movimiento de peregrinos permitió el intercambio económico, cultural y artístico, siendo una de las principales vías de transmisión del Románico.

Los siglos XI y XII van a ser de constante pugna entre el avance cristiano y la enconada resistencia de los musulmanes con ayuda de grupos norteafricanos. La batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212 representó un punto de inflexión y el cambio de fuerzas a favor de los reinos cristianos. El siglo XIII sería el de la gran expansión por el sur y la costa de Levante, dejando a Al-Ándalus reducido al reino nazarí de Granada, que resistiría aún otros dos siglos y medio para finalmente caer rendido por los Reyes Católicos el 2 de enero del año 1492. Las órdenes militares se implicaron activamente en este último periodo de la Reconquista.

La Reconquista ha sido la guerra más larga de la historia a consecuencia de la fe. Transcurrieron 781 desde su comienzo con la batalla de Guadalete hasta la entrega de Granada. Aunque la lucha no fue ininterrumpida, hubo largos periodos de paz y se produjo una cierta compenetración entre las culturas y religiones cristina y musulmana.

Los siglos finales de la Edad Media traerían una nueva apertura a Europa y al Mediterráneo: hacia Francia en el siglo XIII, Italia en el siglo XIV y Flandes en el siglo XV. Una vez conseguido el deseado objetivo de la reunificación peninsular comenzó un periodo de conquistas territoriales por el mundo, que se iniciaría con el descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492. Este es el hecho que identifica el final de la Edad Media y el inicio de la nueva etapa histórica conocida como la Edad Moderna.

 

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