El ser humano domina las técnicas de producción de vino desde la antigüedad. Es una bebida elaborada y consumida desde hace miles de años. La bodega más antigua conocida en España se encuentra en Requena, Valencia. Comenzó su actividad a finales siglo VII a.C. y pertenece a la cultura íbera. Está repartida en el entorno de las Ramblas de los Morenos y de la Alcantarilla, destacando la del yacimiento de la Solana de las Pilillas. Existen en total doce pilas o lagares de piedra, de los cuales este yacimiento arqueológico tiene cuatro. Son grandes bloques de piedra caliza traídos de las montañas próximas y tallados posteriormente. Cada uno de ellos tiene dos partes a distintos niveles comunicadas por orificios. La parte de arriba es donde se pisaba y decantaba la uva. El mosto resultante pasaba a través de los agujeros a la parte de abajo. Desde aquí se recogía en tinajas de cerámica donde se almacenaba y fermentaba. Después de un proceso de cierto tiempo se obtenía el vino.

Esta bodega seguramente produjo una gran cantidad de vino. Se supone que se comerciaría con él y distribuiría por diferentes lugares. Se han encontrado restos de tinajas, botellas y ánforas en donde se conservaba. Los fenicios introdujeron en la Península Ibérica el conocimiento de la elaboración del vino. Desde el año 1932, en esta zona se encuentra la Denominación de Origen Utiel-Requena, con los vinos procedentes de esta comarca.

La tradición vinícola de la zona estuvo también presente dentro de ese mismo periodo en el yacimiento íbero de los Villares, conocido también como la ciudad íbera de Kelin, en Caudete de las Fuentes.