La cartografía

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La cartografía es la ciencia que representa gráficamente la superficie esférica de la Tierra o parte de ella mediante un plano. Su origen se remonta a hace miles de años, ya que el ser humano ha tenido siempre la necesidad de entender el lugar en donde habitaba. Lo que se iba aprendiendo quedaba plasmando en los mapas, que poco a poco fueron teniendo más precisión.

Desde las tablillas babilonias que se utilizaban hace 4.500 años para representar las tierras de los valles de los ríos Tigris y Éufrates, hasta las modernas técnicas como el GPS, que con la ayuda de los satélites nos informan de los más pequeños detalles de nuestro planeta, la cartografía ha ido evolucionado basándose en procedimientos y principios matemáticos desarrollados durante muchos siglos.

Algunos de los primeros planos de los que se tiene noticia se remontan al reino de Akkad (Sargón de Acadia), en la Mesopotamia del III milenio a.C. Son trazos grabados en tabletas de arcilla que muestran fragmentos de barrios, murallas y cursos de agua, testigos de los primeros intentos por representar el mundo en que se vivía. En otros muchos lugares también se han hallado piezas similares, desde Egipto hasta la antigua China.

El mapa terrestre más antiguo de la historia es del siglo VI a.C. y pertenece al griego Anaximandro de Mileto. Dicho mapa, de forma circular, fue perfeccionado en el siglo V a.C. por su compatriota Hecateo de Mileto. En el siglo III a.C., el también griego Eratóstenes fue el primer geógrafo que calculó la longitud de circunferencia de la Tierra, utilizando muy pocos medios y mucha intuición. Llegó a la sorprendente exactitud de 39.688 kilómetros frente a los 40.008 kilómetros reales, es decir, un error de menos de un uno por ciento.

En el siglo II a.C., el griego Hiparco de Nicea, también conocido como Hiparco de Rodas, uno de los padres de la cartografía científica, tuvo la idea de dividir la superficie terrestre de acuerdo al sistema sexagesimal babilónico. Diseñó una parrilla de 360 grados compuesta de paralelos y meridianos, en los que cada grado equivalía a unos 113 kilómetros en la escala real. Esta distancia es aproximadamente la misma que se aplica en la actualidad.

Claudio Tolomeo fue un destacado geógrafo que vivió durante el siglo II en el Egipto del Imperio Romano. Se cree que trabajó en la impresionante Biblioteca de Alejandría. Su gran obra fue “Geographia”, en la que describe el mundo conocido de su época. Sus mapas tuvieron gran difusión hasta la Edad Media, muchos siglos después de haberse escrito. Se caracterizaban por la utilización de latitud y longitud para poder localizar una ubicación. Pero estos mapas adolecían de un grave fallo: deformaban los continentes de forma desproporcionada en anchura. De hecho, esto hizo que Cristobal Colón en la preparación de su primer viaje a América, calculase la distancia hasta las Indias en un valor mucho menor que la real. Durante la travesía, tuvieron la fortuna de divisar tierra cuando ya estaban a punto de quedarse sin provisiones.

Uno de los más importantes cartógrafos de la la época medieval fue el árabe Muhammad Al-Idrisi. Vivió durante el siglo XII, desarrollando gran parte de su carrera en Sicilia, aunque nació en la Ceuta almorávide y pasó algunos periodos de tiempo en Córdoba, llegando a conocer muy bien Al-Ándalus. Escribió una geografía descriptiva del mundo que incluía 70 mapas que representaban a la Tierra desde la perspectiva del Polo Sur, es decir, a la inversa que los planos actuales. Esta obra fue una referencia para los siguientes siglos. En la ciudad de Ceuta existe una estatua de bronce erigida en su honor.

La ciencia de la cartografía se fue desarrollando principalmente en el mar. Las cartas de navegación de las costas del Mediterráneo fueron los primeros mapas científicos, que fueron realizados a partir de continuas y cuidadosas observaciones de los navegantes. Eran conocidas como “portulanos” o “guías de puertos”, y estas cartas náuticas tuvieron su apogeo desde el siglo XIII hasta el siglo XVII. En su origen, eran los cuadernos de instrucciones en que los navegantes anotaban los rumbos y las distancias entre los puertos. A partir de la introducción del uso de la brújula y del desarrollo del astrolabio, estas notas adquirieron una precisión cada vez mayor y comenzaron a redactarse los “libros de derrota” en los que se detallaban los rumbos y las distancias.

Una vez descubierta América, el primer mapa impreso que designó al nuevo continente con este nombre fue el elaborado en el año 1507 por el cartógrafo alemán Martin Waldeseemüller. El nombre de América lo puso en homenaje a quien creía que lo había descubierto, que atribuyó erróneamente al navegante italiano Américo Vespucio en lugar de a Cristóbal Colón.

La figura del cartógrafo flamenco Gerardus Mercator, del siglo XVI, ha sido esencial para el desarrollo de la cartografía moderna. Su innovadora proyección supuso una revolución en los viajes por mar por la facilidad para trazar rutas en línea recta sin desviarse, lo que permitió la apertura de nuevas rutas de exploración. La mayor parte de los mapas actuales están basados en la proyección universal transversal de Mercator o UTM (Universal Transverse Mercator). Es imposible representar sin distorsiones la superficie de una esfera como la Tierra, o parte de ella, sobre un plano. Existen al menos 265 tipos de proyecciones diferentes y la de Mercator es el tipo de mapa más conocido y utilizado.

A finales del siglo XIX aún quedaban en el mapamundi algunos puntos sin cartografiar, sobre todo en África y Australia, pero se completaría mediante exploraciones a pie y sobre todo por la aparición del aeroplano. Las fotografías aéreas son una gran ayuda ya que permiten fotografiar grandes áreas en poco tiempo. De hecho, algunas zonas de la Antártida solo han sido cartografiadas desde el aire.

 

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