Las reliquias cristianas

Las reliquias cristianas

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Las reliquias son restos de los cuerpos de santos o también ropajes o enseres que les hayan pertenecido o con los que hubieran estado en contacto. Pueden ser completos o parciales y son considerados dignos de veneración. El culto a las reliquias se remonta al principio del cristianismo y ha sido parte fundamental de su historia. Las reliquias son algo común de muchas otras religiones como el judaísmo o el islamismo.

Ya en el siglo VI no había ningún templo cristiano, por humilde que fuese, que no contase con sus propias reliquias. El contar con ellas proporcionaba un prestigio que era mayor cuanto más valor tuvieran dichas reliquias. Había un comercio de estos objetos sagrados y muchas se obtenían por traficantes que las suministraban a donde las solicitasen. Algunas eran falsificaciones o réplicas de otras.

Las reliquias más importantes son las que han estado relacionadas directamente con Jesucristo. Destacan la Vera Cruz o Lignum Crucis, el Santo Grial o cáliz de la Última Cena, la Sábana Santa, el Santo Sudario o sudario del rostro, la corona de espinas, los clavos de la cruz, el letrero de la cruz y, por último, la lanza sagrada.

España es un país repleto de objetos venerados por una amplia comunidad de fieles cristianos. Están diseminados por iglesias, monasterios y catedrales de todo el territorio. Son objetos cuya fe les otorga una aurea divina, en ocasiones capaces de sanar enfermedades o hacer otros tipos de milagros. Algunas son tan míticas como la Cruz de Caravaca, el Lignum Crucis del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, el Santo Grial de la Catedral de Valencia, el Santo Grial de la Colegiata de San Isidoro de León, el Santo Sudario de la Catedral de Oviedo, el Santo Rostro de la Catedral de Jaén, la Santa Faz del Monasterio de la Santa Faz de Alicante o el Mantel Sagrado de Coria. En los Museos Vaticanos se almacena una gran cantidad de ellas.

 

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