Bobastro

Bobastro

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Periodo: Siglos IX – X.

Lugar: Ardales, Málaga.

Coordenadas GPS: 36.902222°, -4.780833° / 36°54’8″N, 4°46’51″W.

Bobastro fue una importante ciudad fortificada medieval que existió durante los siglos IX y X en el norte de la provincia de Málaga, en la serranía de Ronda, a algo más de cinco kilómetros al noreste de la población de Ardales. Está situada en las inmediaciones del Desfiladero de los Gaitanes, sobre una gran meseta de areniscas sobre el rio Guadalhorce conocida como “Mesas de Villaverde”. Toda esta zona se caracteriza por su espectacular paisaje, con gran cantidad de vegetación, profundos barrancos, altos tajos y caminos estrechos.

Fue construida en el año 880 por Omar Ben Hafsún en un lugar inexpugnable para ser centro de operaciones y refugio en su rebelión contra el poder musulmán de Córdoba. Además estaba rodeada de un grupo de pequeñas fortalezas que coronaban los cerros de su alrededor y que también servían para la defensa de la ciudad. Los cronistas cordobeses llamaban a este sitio “nido de águilas” y “lugar de perdición”.

Omar Ben Hafsún nació en esta zona de la serranía de Ronda, se cree que en el municipio de Parauta, en el año 854. Descendía de una importante familia acomodada y terrateniente de nobiliarios visigodos que se había convertido al islam a partir de uno de sus abuelos. Por lo tanto era un muladí, es decir, un cristiano convertido al islam y que vivía en territorio de Al-Ándalus. Sin embargo, se convirtió al cristianismo en el año 899 y se hizo llamar Samuel desde entonces. El origen de cómo se convirtió en un rebelde, parece que está en un incidente que siendo joven le ocurrió cuando descubrió que un pastor bereber le estaba robando el ganado a su abuelo. Omar Ben Hafsún se enfrentó a él, matándolo. Tras este asesinato, tuvo que huir y esconderse de los justicieros bereberes.

Junto con un grupo de muladíes como él, mozárabes (cristianos que vivían en territorio de Al-Andalus) e incluso bereberes descontentos con el poder musulmán dominante, se instala en el año 880 el fortín de Bobastro. También sirvió de refugio a la población que huía del control musulmán. Desde aquí lideró la revuelta y preparó la sublevación para derrocar al poder de Córdoba y su actividad llegó a preocupar bastante a su enemigo. Fue la rebelión más importante a la que se enfrentó el poder musulmán durante sus ocho siglos de estancia en la Península Ibérica. De hecho estuvo cerca de conseguirlo y por tanto de cambiar la historia tal como la conocemos.

Bobastro fue un lugar inexpugnable durante casi cincuenta años. La rebelión se extendió en el tiempo con el gobierno de cuatro emires musulmanes: Muhammad I, Almundir, Abd Allah, y Abderramán III. Omar Ben Hafsún era considerado un gran líder y estratega militar; a lo largo de una complicada serie de batallas, avances, retrocesos y acuerdos con el poder, incumplidos todos por alguna de las partes, llegó a ocupar gran parte de Andalucía, en muchas áreas de las provincias de Málaga, Granada, Cádiz, Jaén, Sevilla y Córdoba. Un hecho importante fue su conversión al cristianismo en el año 899, que le hizo perder apoyos, tanto de muladíes como de bereberes, y por tanto también territorios. Con la subida al poder de Abderramán III en el año 912, el territorio de Bobastro fue perdiendo gran parte de las fortalezas conquistadas y su situación fue cada vez a peor. Omar Ben Hafsún murió en el año 917 y aunque sus hijos continuaron la causa de su padre, no pudieron conseguir su propósito y Bobastro finalmente cae en el año 928. La fortaleza fue rendida por su hijo menor a las tropas dirigidas por Abderramán III después de seis meses de sitio desde una colina cercana.

Se sabe que Abderramán III estuvo en el momento de la conquista de Bobastro, arrasando la ciudad y sobre todo las iglesias que el rebelde había construido. Hizo desenterrar el cadáver de Omar Ben Hafsún, que fue colgado en una de las puertas de entrada de la ciudad de Córdoba junto a la cabeza de un cerdo. En el año siguiente a la caída de Bobastro, el año 929, Abderramán III dejó de ser emir y se hizo proclamar cáfila, es decir, pasó de tener el máximo poder político a también tener el máximo poder religioso.

En la ciudad son reconocibles restos de numerosas edificaciones: canalizaciones de agua, aljibes, silos, necrópolis, viviendas en cuevas o excavadas en roca, iglesias, murallas, torres de vigía, alcázar, etc. Uno de los lugares más emblemáticos es la iglesia rupestre excavada en roca. Está realizada a finales del siglo IX o primeros del siglo X. Posee planta basilical con tres naves, siendo la situada en el medio algo más ancha, separadas por arcos de herradura. Manteniendo la misma anchura de las naves hay un transepto también triple y tres ábsides en la cabecera. El ábside principal central es de forma de herradura y los dos ábsides laterales son de forma rectangular. La iglesia está exactamente orientada al este y tiene una longitud de 16’5 metros de largo por 10’3 metros de ancho. El nivel del suelo de las distintas zonas va descendiendo de este a oeste: 17 centímetros entre el ábside y el transepto, y otros 17 centímetros entre el transepto y la nave, posiblemente por motivos litúrgicos. Bajo el suelo de la nave central, en el costado oeste, se encuentra la entrada a una cripta, sin terminar, horadada debajo de la iglesia; en esta cripta fue posiblemente enterrado Omar Ben Hafsún. También contiene un amplio patio en el que se conserva tallados un aljibe y otras edificaciones de servicio, como almacenes. Está rodeada de otras estructuras como silos y una pequeña necrópolis. Está realizada en una única gran roca de arenisca y se conserva parte de sus tres naves. Es la única muestra arquitectónica conocida de construcción puramente mozárabe, puesto que se trata de un templo levantado por la comunidad cristiana en el territorio de Al-Ándalus durante el dominio musulmán.

La iglesia aún no se había acabado completamente cuando la ciudad fue conquistada y semidestruida por las tropas cordobesas. Esto se comprueba por ejemplo en los arcos de herradura de la nave superior, que se quedaron a medio tallar. No obstante se sabe que el templo se consagró y en él se celebraron actos litúrgicos. Estaba situada en un entorno próximo a la urbe, en la cara oeste de la montaña, relacionada con la comunidad religiosa protegida por Omar Ben Hafsún. Formaba parte de un recinto cuadrangular que albergaba a los monjes. Un convento ejecutado por y para la comunidad religiosa.

La otra iglesia que se conoce está hecha en mampostería. Tiene tres naves y planta muy similar a la anterior. Se sitúa junto al alcázar, en la zona más alta de la ciudad, claramente relacionada al cuartel general de la revuelta. En los alrededores hay algunas tumbas vinculadas al complejo eclesial. No se descarta que hubiese más iglesias. De hecho junto al desfiladero de los Gaitanes, se encuentra la Ermita de Villaverde, edificada sobre un recinto que incluía una necrópolis mozárabe.

Se calcula que a finales del siglo IX pudieron habitar en esta ciudad unas 2000 personas. En Bobastro quedan todavía muchos restos por descubrir. Hasta ahora se ha excavado una pequeña parte de todo el conjunto arqueológico. Sin embargo, con el embalse del Tajo de la Encantada, construido en esta zona en el año 1978, ha desaparecido aproximadamente el 30% de los vestigios de esta antigua ciudad-fortaleza.

En la localidad de Ardales hay un museo que conserva materiales procedentes de este yacimiento. La visita es libre. También cuenta con centro de interpretación, visitas guiadas y paneles explicativos. Por algunas zonas hay que ir con cuidado debido al riesgo de extravío y por la existencia de algunos barrancos.

 

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