El Prenauta

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El Prenauta es el nombre con el que se conoce al supuesto marinero y comerciante del siglo XV Alonso Sánchez de Huelva. Tal vez llegase a América antes que Cristóbal Colón, aunque ni siquiera su existencia está probada.

La primera expedición de Cristóbal Colón del año 1492 es la que oficialmente descubrió América. Fue el primero que volvió y lo contó. Se hizo bajo la protección y financiación del reino de los Reyes Católicos. Pero no se sabe si ya se habrían realizado viajes previos. De algunos llegados por azar, de otros exploradores, o incluso del propio Cristóbal Colón.

Parece que los vikingos llegaron a Terranova en torno al año 1000, existen restos arqueológicos que lo atestiguan. Y puede que incluso mucho antes, tal vez los fenicios arribasen a centroamérica en torno al año 2700 a.C., que explicaría por qué los mayas y los aztecas hacían las momificaciones con técnicas similares a los egipcios y por qué plantas americanas como el maiz, el girasol y el plátano fuesen conocidas en Asia hace miles de años. O se especula que alguna expedición china pudiese llegar al nuevo continente sobre el año 1421.

Hay teorías que sostienen que en ese primer viaje conocido, Cristóbal Colón ya sabía realmente adonde iba, por informaciones ajenas que se le habría comunicado o por experiencias propias. Quizás utilizó fuentes de información como mapas antiguos que ya mostraban la presencia de esos lugares. Y puede que ya hubiese hecho antes el viaje de ida y vuelta con una tripulación escasa con la cual podría haber comprobado esta realidad. Pero en cualquier caso necesitaba el apoyo de una Corona para llevar a cabo esta gran aventura con garantías.

Parece que Alonso Sánchez era un marinero de navíos que hacían frecuentes viajes a Inglaterra, las Islas Canarias y Madeira. En alguna de las travesías entre estos dos últimos lugares serían sorprendidos por una tormenta que les haría desviar hacia el oeste por las aguas desconocidas del océano atlántico. Al cabo de varias semanas llegarían al Nuevo Mundo, quizás a Santo Domingo, donde podrían haber estado una o dos semanas antes de volver a la isla de Porto Santo, del archipiélago de Madeira, sitio de residencia de Cristóbal Colón. Sería tal vez el último superviviente del barco que realizó ese trayecto errante. El encuentro pudo producirse poco antes del año 1475. Alonso Sánchez le transmitiría la información de este viaje directa o indirectamente a Cristóbal Colón.

Esto explicaría la curiosa convicción de Cristóbal Colón sobre su proyecto. Sabría que había otras tierras al otro lado del océano. Demostraría la soltura con la que se movió por las Antillas, la existencia en las islas de algunos nativos con rasgos blancos, fruto quizás de los marineros anteriores y, por último, la seguridad con la que encaró la ruta de vuelta, el tornaviaje, dirigiéndose hacia el noreste en busca de los contralisios, fijando el itinerario que sería definitivo en los viajes de retorno desde América.

Cristóbal Colón consiguió argumentar científicamente su proyecto y obtener más adhesiones. Fracasó con el rey Juan II de Portugal. Transmitió su certeza a los monjes de La Rábida. Tomaría contacto con Juan Pérez, el fraile confesor de la Reina Isabel la Católica y le contaría todo lo que había escuchado. El fraile es quien podría haber alertado y animado a la Reina a sufragar el viaje oficial de Cristóbal Colón. Las Capitulaciones de Santa Fe son el documento escrito por los Reyes Católicos el 17 de abril de 1492 que recoge los acuerdos alcanzados con Cristóbal Colón relativos a la expedición.

A pesar de que la historia cuenta que Cristobal Colón murió creyendo que había llegado a las Indias, y por lo tanto ignoraba que había descubierto América, hay diversas pruebas que indican lo contrario. En el epitafio del papa Inocencio VIII, fallecido en el año 1493, referido al navegante se puede leer: «Suya es la gloria del descubrimiento del Nuevo Mundo”. Y en las Capitulaciones de Santa Fe, antes de la partida, se habla de las tierras ya descubiertas por él.

El la ciudad de Huelva hay un momento que recuerda a este navegante originario, el Prenauta. Es obra del escultor León Ortega y fue inaugurado en el año 1970 en los Jardines del Muelle.

 

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