La tradición de la Virgen del Carmen

La tradición de la Virgen del Carmen

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A lo largo de la historia, la Virgen, junto a muchos santos, ha sido motivo de devoción bajo diversas advocaciones por las gentes del mar. Este fervor viene de muy antiguo, de principios del cristianismo. Algunos autores de entonces la llamaban «Stella Maris», «Estrella del Mar». Una de sus más antiguas representaciones es del siglo II y se encuentra en las catacumbas de Domitila, en las afueras de Roma, donde aparece envuelta en el brillo de una estrella.

En la Península Ibérica la devoción por la Virgen María tuvo una gran expansión en el año 587 con la conversión al catolicismo del rey visigodo Recaredo. En el siglo XIII, el rey Alfonso X el Sabio ordenaba en una de sus Cantigas que las popas de los buques de cierta importancia estuvieran decoradas, formando un doselete, para guardar una imagen de la Virgen. A partir del siglo XV se bautizaron con el nombre de sus distintas advocaciones a barcos y tierras descubiertas. Se convirtió en patrona de instituciones, ciudades y pueblos costeros. También dio su nombre a cofradías de pescadores.

El origen de la Virgen del Carmen.

En Israel, cerca del Mediterráneo hay un monte de unos 600 metros de alto llamado Carmelo, nombre que proviene de la palabra «Karmel», que en árabe quiere decir «Jardín» por las muchas flores que crecen en sus laderas, y que en hebreo significa «Viña del Señor» por los viñedos que tenía. En el siglo IX a.C. el profeta hebreo Elías vivió en este monte bíblico. Hacia el siglo IV se empezaron a instalar anacoretas cristianos. En el año 1155, tras la Segunda Cruzada, el francés Bartolomé Avogadro viajó al Monte Carmelo para convertirse en ermitaño de este lugar, inspirado en el profeta Elías. Y en los últimos años del siglo XII, al terminar la Tercera Cruzada, dio cobijo a muchos cristianos que organizaron una comunidad, en la que siguieron el ejemplo de la vida de María de Nazaret, la hicieron su patrona, en su honor levantaron una pequeña iglesia, y dieron comienzo a la advocación de Santa María del Monte Carmelo o Nuestra Señora del Carmen. Fundaron la Orden de los Carmelitas. A partir de entonces, aquellos carmelitas han mantenido el culto a su Virgen.

El número de carmelitas aumentó y a principios del siguiente siglo, en el año 1209, el patriarca de Jerusalén, Alberto de Vercelli, les concedió un código de comportamiento con tres principios: trabajo, vida contemplativa y meditación de la Sagrada Escritura. Es la Regla de San Alberto o Regla de los Carmelitas. Desde entonces el espíritu del Monte Carmelo fue llevado por los marineros a todos los rincones del Mediterráneo.

La advocación de la Virgen del Carmen fue autorizada por el papa Honorio III en el año 1226. Por las presiones de los musulmanes, los carmelitas tuvieron que abandonar Palestina hacia el año 1235 y se extendieron por poblaciones costeras del Mediterráneo. Aquel influjo carmelita se vio acrecentado por diversos hechos protectores y milagrosos atribuidos a la Virgen del Carmen. La advocación se asentaba en numerosas capillas, ermitas e iglesias, así como en los barcos y en las gentes del mar. En el siglo XV esta devoción estaba ya consolidada, siguiendo en el siglo XVI su difusión y afianzamiento al alistarse muchos padres carmelitas como capellanes en expediciones a América.

La fiesta de la Virgen del Carmen fue aprobada en el año 1587 por el papa Sixto V, que fijó el día 16 de julio como fecha de su celebración. Pasado el tiempo aquella fiesta fue prohibida, hasta que fue reconocida de nuevo a principios del siglo XVII por el papa Pablo V. En el año 1724 el papa Benedicto XIII aprobó definitivamente la festividad y en el año 1726 extendió el culto a la Virgen del Carmen por toda la iglesia.

En el año 1901, una Real Orden de la reina regente Maria Cristina de Habsburgo declaró a la Virgen del Carmen como la patrona oficial de la Marina de Guerra, la Armada. Aunque popularmente ya lo era mucho antes. En el año 1942, el Ministerio de Marina proclamó reglamentario el uso de la actual «Salve Marinera». Es el cántico de los marineros a la «Estrella del Mar», cuyo origen es un fragmento de una zarzuela del año 1870. La tradición continúa hoy día y, allá donde hay un puerto, existen procesiones devotas en las que esta figura sagrada es venerada.

 

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