La Batalla de Lepanto

La Batalla de Lepanto

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La Batalla de Lepanto está considerada como una de las más importantes de la historia de España. Su resultado marcó el destino del imperio español y del otomano a partir de entonces. Tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 en el Golfo de Lepanto, hoy de Corinto, en Grecia. Enfrentó a la Liga Santa contra el Imperio Otomano, que pretendía alcanzar la supremacía en el Mediterráneo oriental y occidental. La Liga Santa era una coalición cristiana formada por fuerzas de España, Venecia, Génova, los Estados Pontificios, la Orden de Malta y el Ducado de Saboya. Francia e Inglaterra no se sumaron a esta agrupación. Intervinieron 80.000 hombres por parte de la Liga Santa y 88.000 hombres por parte de la armada turca. Al finalizar aquella jornada las bajas se contaron por millares: se estima que 10.000 muertos y 8.000 heridos por el lado de la Liga Santa, 40.000 muertos y 20.000 heridos por el lado del Imperio Otomano. Fue un auténtico choque de civilizaciones, de dos formas de vida y de entender el mundo.

El origen de esta sangrienta contienda fue las constantes disputas que hubo a lo largo del siglo XVI por el control del Mediterráneo. Entonces el dominio otomano sobre el este de Europa era incuestionable. Era un imperio en expansión que amenazaba con invadir todo el continente europeo. Las costas españolas e italianas estaban cada vez más en riesgo, se producían asaltos bereberes a ellas, era muy difícil el comercio marítimo, entorpecían las comunicaciones entre los reinos de la Monarquía Hispánica y Malta estuvo a punto de ser tomada en el año 1565. Los cristianos trataron de poner fin a este peligro de la posible conquista otomana. El origen de la Liga Santa fue mediante una alianza firmada el 20 de mayo de 1571. Una vez creada, el conflicto militar se produjo a los pocos meses. La flota cristiana partió del puerto de la ciudad siciliana de Mesina el 17 de septiembre de 1571 bajo el mando del joven Juan de Austria, hermanastro del rey Felipe II e hijo de Carlos V. España sufragaba la mitad de los costes de la aventura.

El enfrentamiento comenzó alrededor de las 12 de la mañana del día del 7 de octubre de 1571. Se enfrentó una fuerza naval, entre cristianos y turcos, de más de 500 navíos: galeras, galeazas, fragatas, bergantines, galeotas y fustas. Durante unas cuatro o cinco horas de cruento combate, las naves de los dos adversarios cruzaron el fuego de sus cañones y las tropas abordaban a cuchillo los barcos enemigos. La mayoría de las embarcaciones fueron hundidas o quedaron seriamente dañadas. La localización de esta histórica batalla se sitúa frente a las costas de la ciudad griega de Naupacto, también llamada Lepanto.

La Batalla de Lepanto consiguió que los musulmanes se estancaran en sus intereses de avanzar territorialmente por el Mediterráneo occidental. Pero la inmediata disolución de la Liga Santa y los conflictos que arrastraba la monarquía española en otros escenarios como Flandes impidió dar el golpe definitivo. Los otomanos mantuvieron sus posiciones en el norte de África gracias a su asociación con los corsarios berberiscos. Se rearmaron, lograron reconstruir su flota y en el año 1574 conquistaron Túnez.

En la Batalla de Lepanto participó el gran escritor Miguel de Cervantes a la edad de 24 años. Era un soldado novato enrolado en la galera «Marquesa» de la flota pontificia. Resultó herido por dos disparos de arcabuz. Uno en el pecho del que se recuperó y otro que supuso la perdida de la movilidad de su mano izquierda, lo que le valió el sobrenombre del «Manco de Lepanto». El pendón de la nave capitana de Juan de Austria, el buque insignia «La Real», se conserva en el Museo de Santa Cruz de Toledo. Una reproducción de esta galera, a tamaño natural, se muestra en las Atarazanas Reales de Barcelona. Su cristo, que se quemó superficialmente por uno de los lados durante la batalla, está en la capilla del Santísimo de la Catedral de Barcelona. Dos estandartes cristianos de la batalla se encuentran en el Monasterio de las Huelgas de Burgos. Y una copia del Santo Sudario con la imagen de Jesucristo que se guarda en Turín, que entregó el papa Pio V a Juan de Austria y que llevó durante el choque, se custodia dentro de una hornacina por las monjas Hermanas Agustinas Descalzas del Convento del Santo Sepulcro de Alcoy.

Es evaluada como una batalla naval legendaria. Solo superada por la Batalla del Cabo Ecnomo, al sur de Sicilia, librada el 256 a.C., durante la Primera Guerra Púnica y la Batalla del Golfo de Leyte, en 1945, en la campaña del Pacífico de la II Guerra Mundial. Ambas fueron batallas descomunales. La primera por el número de combatientes, naves implicadas y bajas, la segunda por los medios materiales empleados y el espacio de mar y aire cubierto en los combates. La tercera es la Batalla de Lepanto, por encima de Salamina, Jutlandia o Trafalgar.

 

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