El mito de la Atlántida

El mito de la Atlántida

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El mito del continente perdido de la Atlántida es narrado el el siglo IV a.C. por el filósofo griego Platón. En dos de sus diálogos platónicos, Critias y Timeo, recoge una historia excepcional pero que parece que ignoraban sus contemporáneos. Más allá de las Columnas de Hércules, el Estrecho de Gibraltar, habría existido hasta el noveno milenio antes de nuestra era una enorme isla. Allí se habría desarrollado una poderosa civilización que conquistó buena parte de Europa y el Norte de África, a cuyo empuje imparable sólo Atenas pudo poner freno. Después, en apenas un día y una noche, un súbito y fatal cataclismo acabó hundiendo la inmensa isla con sus habitantes. Quizás el origen fueron intensos volcanes o terremotos que provocarían grandes inundaciones. A partir de entonces, la Atlántida habría pasado a convertirse en un recuerdo y con el transcurrir del tiempo en una leyenda.

Posiblemente los sacerdotes egipcios pudieron ser conocedores de la existencia de la Atlántida, quizás porque algunos de los supervivientes atlantes llegaran esa zona. En el siglo VI a.C. el sabio griego Solón tuvo acceso a esta información cuando visitaba en el delta del Nilo la ciudad egipcia de Sais. Solón quedo fascinado con el mito atlante cuando le fue transmitido este conocimiento por parte de un sacerdote egipcio, que le mostró como en las paredes del templo donde se encontraban estaba escrita la existencia del supercontinente. Solón trasladó el relato al abuelo de Critias, para acabar siendo citado por éste último como un suceso verdadero en los textos de Platón. Pero actualmente esta historia no hay manera de contrastarla de forma consistente por otras vías.

La Atlántida, una vez superada la época del Imperio Romano, cayó en un total olvido. Así permaneció hasta el final de la Edad Media, debido principalmente al descubrimiento de América. Se trató entonces de buscar indicios del Nuevo Mundo en las fuentes antiguas. Diversos historiadores y cronistas comenzaron a revitalizar el mito platónico. El interés en profundizar en este enigma no ha decaído hasta ahora.

Existieron grandes pueblos, remotos en el tiempo, con tradiciones que señalaban la procedencia de sus ancestros en grandes territorios que acabaron sucumbiendo bajo las aguas, bien por la justicia divina o por fenómenos naturales apocalípticos. Muchos investigadores creen que la alusión platónica a un continente perdido puede tener un razonable trasfondo de verdad, una base de realidad histórica. Quizás los relatos de Platón son una velada mención a una civilización avanzada y a algún acontecimiento dramático del pasado humano del que el gran filósofo tuvo noticia a través de Solón y que utilizó como inspiración para su obra. Algunos sitúan el emplazamiento de la Atlántica en el Parque Nacional de Doñana o en las Islas Canarias.

 

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