Las manos rupestres

Las manos rupestres

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La representación durante la Prehistoria de manos humanas en las paredes de cuevas a lo largo del mundo es un hecho característico y con un gran poder simbólico de todo ese periodo.

Se trata del dibujo de la mano sobre la piedra de la pared, a veces aprovechando la forma de ésta para proporcionar cierto relieve. Se realizaban en negativo, coloreando el contorno, o en positivo, coloreando el interior. Son más comunes las primeras, silueteadas soplando el pigmento cromático directamente con la boca o con la ayuda de una especie de canutillos creados con pequeños huesos de animales, aplicándolo en forma de aerosol. El color es normalmente el rojo. Dentro algunos lugares se han encontrado figuras agrupadas de la misma o de distintas épocas, estando con frecuencia superpuestas.

Hay unas cuentas hipótesis sobre su significado, siendo las interpretaciones más comunes las siguientes: una obra artística sin segundas intenciones, la huella del paso por la vida de quien las imprimía, la marca de un territorio por un grupo, la conexión con los ancestros escenificando árboles genealógicos, la imagen de las manos sanadoras del chamán de la tribu, el formar parte de rituales de diverso tipo, el aviso de peligros como las localizadas cerca de pozos profundos, etc. Pudieron ser diferentes las razones según épocas y lugares.

Muchas de las pinturas de manos más antiguas del mundo conocidas hasta ahora se encuentran en la Península Ibérica. Por extensión, son además de las más antiguas del arte rupestre en general. Están en la cueva de Maltravieso (Cáceres), en la cueva de Ardales (Ardales, Málaga) y en las cuevas del Castillo y de la Pasiega (Puente Viesgo, Cantabria), entre otras. Varias de ellas fueron ya aerografiadas por los Neandertales de hace al menos 66.000 años. El Homo Sapiens continuó con esta tradición artística.

El estudio biométrico de estas manos indican que la mayoría pertenecen a mujeres. Aparecen también grabados que tienen solo cuatro dedos y en los que falta el meñique. Se cree que no eran amputaciones, sino que se ocultaba este dedo en la impronta, aunque se desconoce el motivo.

A través de la historia, las manos han tenido siempre un importante valor protector. Existen símbolos de múltiples culturas que la representan: los amuletos egipcios, los exvotos íberos, la higa romana, la mano de Fátima o la pieza escrita de la mano de Irulegi, todas muy emblemáticas.

 

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