La humanidad, desde su comienzo, siempre se ha sentido con la necesidad de creer en algo más. Algo transcendente que le protegiera y le ayudara en su camino espiritual, que le pusiera en contacto con la divinidad. Fruto de esa necesidad nacieron las diferentes religiones en el planeta. La religión forma parte del ámbito de la esencia de las personas. Es parte integrante de su existencia y su historia. Si se habla de la cultura de un pueblo, no se puede dejar de mencionar su forma religiosa. Las religiones tienen en común el fundamento del ser humano, capaz de preguntarse y tratar de descifrar el sentido de la vida.

Los ritos asociados a la muerte están desde el origen del Homo Sapiens. Otra especie emparentada, los neandertales, tenían también la estructura fisiológica y genética que evidencia que eran capaces de utilizar un lenguaje con el que comunicarse, elemento imprescindible a la hora de poder transmitir las informaciones que permitirían compartir significados religiosos comunes.

Desde siempre, el ser humano ha contemplado el gran poder de la naturaleza. En su esfuerzo para entenderla y controlarla, a fin de obtener su favor, se encuentran los fundamentos de las primeras religiones. Al principio la adoración era hacia distintos dioses. Se rendía culto a antepasados y a elementos de la naturaleza como el sol, la luna, los ríos, los montes, los bosques, las piedras, los relámpagos, etc. También a algunos animales. Cada tribu o grupo humano los adoraba a su manera. Muchos eran dioses malvados, vengativos, ávidos de sacrificios y sangre. Más tarde los dioses se fueron transformando en benevolentes y bondadosos.

En el mundo hay muchas religiones. Pueden adorar a uno o varios dioses. En la rama de las monoteístas se encuentran las religiones proféticas, es decir, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. En la rama de las politeístas están las religiones místicas, destacan el hinduismo y el budismo. Esas cinco religiones más el taoísmo son las que han ejercido una influencia más determinante en la historia de la humanidad.

Las grandes religiones del mundo surgieron a partir de la base común de las religiones arcaicas. Se pueden clasificar en dos grandes grupos a partir de las cuales aparecerían otras a lo largo de la historia. En el Extremo Oriente se constituyeron las religiones místicas, sobre todo el hinduismo y el budismo. Se caracterizan por el valor absoluto que atribuyen a la experiencia interior de unión con Dios. Hoy existen nuevas ramas de estas religiones místicas. En el Medio Oriente se constituyeron las religiones de tipo profético, con los grandes profetas de Israel y con Zoroastro en Persia. La principal religión profética es el judaísmo, de la que proceden el cristianismo y el islam, este último con importantes diferencias. Se caracterizan por el valor absoluto que conceden a la llamada divina comunicada por medio de un profeta. Tienen muy clara la idea de la unicidad de Dios y no es el ser humano quien lo descubre, sino que Dios mismo es quien se da a conocer.

Uno de los problemas de las religiones es que son excluyentes. Después de tantos siglos, han servido a veces más para crear conflictos que para dar respuestas. Han sido el origen de algunas de las mayores contiendas a lo largo del tiempo.