Los dólmenes fueron las primeras grandes construcciones realizadas por el ser humano. Se trata de la primera arquitectura de la historia. Son imponentes monumentos realizados con enormes piedras cubiertas con túmulos de tierra. Se empleaban para diversos usos. Uno principal era el funerario, siendo grandes mausoleos de enterramientos colectivos. Tendrían seguramente otras funciones, según el caso, como son las de lugar sagrado, destino de peregrinación, sitio de encuentro, observatorio astronómico, elemento de refuerzo de la identidad grupal de los pobladores de la zona, etc. Este arte megalítico se desarrolló principalmente entre mediados del neolítico y todo el calcolítico, entre el cuarto y segundo milenio antes de Cristo.

Son, además, una demostración de la capacidad creadora y organizativa de los habitantes de esa época, capaces de realizar grandes obras de ingeniería empleando unos recursos limitados. Se ubicaban en lugares cuidadosamente seleccionados, ya sea por su valor paisajístico, histórico o espiritual. Sobre algunos de ellos posteriormente se levantaron iglesias y catedrales. En España hay miles de dólmenes, estando varios entre los más grandes del mundo, como el Dolmen de Antequera.