Edad de los Metales

Edad de los Metales

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Edad del Cobre

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Edad del Bronce

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Edad del Hierro

 

Periodo: Años 2500 a.C. – 218 a.C.

Los metales son muy apreciados por todos los pueblos de la Antigüedad. La metalurgia es, junto al control del fuego, la manifestación prehistórica más avanzada del conocimiento de los recursos naturales por parte del ser humano. La transformación de las características fisicoquímicas del mineral para conseguir útiles de gran dureza y resistencia supone un importante triunfo tecnológico. En este periodo hay un gran desarrollo en su manejo y control.

La Península Ibérica tenía grandes cantidades de oro, plata, cobre, plomo y estaño. Al principio el metal se consigue de aquellas formas en las que se encuentra puro en la naturaleza, pero así es escaso y requiere de un trabajo de refinado. Pronto no sólo se obtiene a partir de las vetas que afloran a ras de suelo, sino también con la creación de galerías subterráneas cada vez más complejas. Estas galerías se horadan con distintas herramientas, están iluminadas con lucernas de aceite y están soportadas por pilares de roca además de entablillados de madera que sirven de elementos sustentadores en previsión de derrumbes. El ejemplo más importante de explotación minera en Europa Occidental quizás sea el de Can Tintorer, desde hace entre 6000 y 5000 años, en el municipio de Gavá, Barcelona. Aunque ya antes en el Paleolítico Superior se efectúa una minería rudimentaria enfocada a obtener sílex para elaborar elementos líticos.

Poco a poco prospera la tecnología necesaria para obtener nuevos metales a partir de los existentes. Del simple martilleado en frío del metal se pasa a su fundición y luego al uso de aleaciones como la del cobre y estaño para obtener el bronce, destacando éste por su punto de fusión más bajo junto a su mayor resistencia y dureza. Se pueden crear piezas en serie previamente diseñadas, con un delicado proceso de fabricación en el que se emplean moldes. La elaboración de objetos metálicos, más compleja que la de las restantes materias primas utilizadas hasta entonces, da lugar a la aparición de auténticos especialistas. Sin embargo, la extensión de la metalurgia no desplaza por entero el empleo de otros materiales como la piedra y el hueso.

El oro y la plata son dos metales preciosos que son empleados desde la antigüedad para la producción de artículos relevantes. Las técnicas de soldadura y copelación procedentes del Mediterráneo Oriental transforman la producción de este tipo de metales, combinándose con técnicas tradicionales como la cera perdida. La soldadura permite joyas huecas en oro y decoraciones de filigranas y granulado, añadiendo color mediante pasta vítrea, esmaltes o piedras semipreciosas. La copelación de la plata permite obtener una mayor cantidad de metal, por lo que su uso se hace frecuente en joyas y productos suntuarios, mientras el oro queda para pequeños adornos en general, aderezos femeninos en el levante y sur peninsular y todo tipo de joyas en el noroeste peninsular. El oro se consigue puro mediante bateo en el noroeste antes de explotarse en las minas de toda la península. La plata se obtiene de galenas y cobres argentíferos principalmente en el sur. Aunque en ocasiones estas ricas materias primas son de origen oriental o transpirenaico.

Las dificultades de abastecimiento de metal, a veces escaso e incluso nulo en muchas regiones, fomenta que se establezcan relaciones comerciales y políticas capaces de abarcar amplios territorios. Comienza la construcción de poblados fortificados, evolucionan las comunidades campesinas con la extensión del cultivo de cereal y la ganadería de pastoreo, aparecen los excedentes, los contactos mercantiles, la acumulación de la riqueza y el poder en aristocracias. El progreso por el empleo de la metalurgia conlleva el auge de la estratificación y las diferencias sociales. Se inicia una organización social con sistemas de jefaturas ligadas al parentesco que están enfrentadas en continuas rivalidades.

La Edad de los Metales es el último periodo de las sociedades prehistóricas y terminaría con la conquista romana. La Edad de los Metales se divide en tres etapas: Edad del Cobre, Edad del Bronce y Edad del Hierro.

 

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